Ya lo había oído..y..la verdad..tampoco me gusta que me encasillen en una cosa o en otra..yo soy yo..y me gusta lo que me gusta..
Del blog..o página..no se muy bien "madriz" he sacado este post
Ya sabéis que no pongo el enlace porque no quiero que se me "descubra"..así..
pero si lo poneis en google os saldrá seguro ;)
"Viernes 1 de junio del apocalíptico año 2012, Barcelona,
festival de música para jóvenes Primavera Sound. Genís Segarra, miembro
de un conjunto llamado Hidrogenesse y con un puesto (de discos y
camisetas de su propio sello -Austrohúngaro-) en el recinto, exclama
“Siempre he pensado en fabricar una bolsa de tela que por un lado
tuviera el logo de Rough Trade y por otro el de Amoeba. Sería el
bestseller del festival”.
Amigos, los hipsters nos rodean: llegaron de sus correspondientes pedanías, les dimos cultura, les dimos armas (en un figuradísimo sentido, claro); les dimos cariño y confianza, y también copas y drogas; les mostramos la modernidad; deglutieron con prisa conceptos, ideas y sentimientos… y hoy manejan agencias de comunicación, fiestas pretendidamente rompedoras, eventos, parejas con peinados raros, dinero… Hoy los hipsters, mal que nos pese, manejan.
Este verano en Berlín se llegaron a celebrar las primeras olimpiadas hipsters, con disparatadas pruebas que iban desde el lanzamiento de gafas de pasta hasta carreras de sacos en bolas panaderas, pasando por un estira la cuerda con pantalones pitillo. Es una muestra más de la cúspide de la montaña, el año en el que la televisión se ha rendido a los pies de esa tribu urbana y les ha dado manta y cobijo: Girls, Parks and Recreation, The New Girl, Community, 2 Broke Girls…
Y la prueba irrefutable de su popularidad es que también han recibido estopa por todos lados: desde webs más o menos graciosas como Hipster Hitler, o la que convierte a todos los personajes Disney en una panda de modernos insoportables, por solo citar un par de ejemplos. Quizá estas páginas y otras, como las listas poniendo finos a bandas como Bon Iver y demás, estén confeccionadas también por los mismos hipsters, demasiado hipsters para considerarse parte de la manada (como diría Groucho, no quieren formar parte de ningún club que los admitan como socios) o bien por personas que escriben desde el rencor y que, por motivos que desconocemos –probablemente fealdad o insuficiencia de medios económicos–, nunca llegarán a adquirir ese envidado estatus. Y es que esta generación, escudados en la ironía de vivir bajo el aspecto de un sintecho, no olvidemos que son hijos del neoliberalismo más salvaje: belleza, diseño, consumismo desaforado.. si no te lo puedes permitir, da la vuelta inmediatamente.
¿Quieren saber cómo reconocer a los hipsters? He aquí las 10 claves que a día de hoy cumplen todos ellos (el mes que viene habrá cambiado el decálogo, así que ándense con ojo, que son muy adaptables y camaleónicos):
Amigos, los hipsters nos rodean: llegaron de sus correspondientes pedanías, les dimos cultura, les dimos armas (en un figuradísimo sentido, claro); les dimos cariño y confianza, y también copas y drogas; les mostramos la modernidad; deglutieron con prisa conceptos, ideas y sentimientos… y hoy manejan agencias de comunicación, fiestas pretendidamente rompedoras, eventos, parejas con peinados raros, dinero… Hoy los hipsters, mal que nos pese, manejan.
Este verano en Berlín se llegaron a celebrar las primeras olimpiadas hipsters, con disparatadas pruebas que iban desde el lanzamiento de gafas de pasta hasta carreras de sacos en bolas panaderas, pasando por un estira la cuerda con pantalones pitillo. Es una muestra más de la cúspide de la montaña, el año en el que la televisión se ha rendido a los pies de esa tribu urbana y les ha dado manta y cobijo: Girls, Parks and Recreation, The New Girl, Community, 2 Broke Girls…
Y la prueba irrefutable de su popularidad es que también han recibido estopa por todos lados: desde webs más o menos graciosas como Hipster Hitler, o la que convierte a todos los personajes Disney en una panda de modernos insoportables, por solo citar un par de ejemplos. Quizá estas páginas y otras, como las listas poniendo finos a bandas como Bon Iver y demás, estén confeccionadas también por los mismos hipsters, demasiado hipsters para considerarse parte de la manada (como diría Groucho, no quieren formar parte de ningún club que los admitan como socios) o bien por personas que escriben desde el rencor y que, por motivos que desconocemos –probablemente fealdad o insuficiencia de medios económicos–, nunca llegarán a adquirir ese envidado estatus. Y es que esta generación, escudados en la ironía de vivir bajo el aspecto de un sintecho, no olvidemos que son hijos del neoliberalismo más salvaje: belleza, diseño, consumismo desaforado.. si no te lo puedes permitir, da la vuelta inmediatamente.
¿Quieren saber cómo reconocer a los hipsters? He aquí las 10 claves que a día de hoy cumplen todos ellos (el mes que viene habrá cambiado el decálogo, así que ándense con ojo, que son muy adaptables y camaleónicos):
1
El hipsterismo es un fenómeno global. A nivel planetario, para entendernos. Estamos hablando de una tribu urbana que para desmarcarse del resto, visten viven y respiran como los demás. Un hipster de Sudáfrica es igualito a uno de Chicago o de Malasaña. Ellas siguen rivalizando con sus flequillos y ellos con sus nucas despejadas; y en general apuestan por un look de “looser chic” (mucha miopía, bien de chaquetitas, calcetines coloridos…)2
Igual que los Goonies no decían la palabra “muerto”, los hipsters no dicen jamás el vocablo “moderno”. Si acaso, tildan de “hipster” lo que al resto de la población nos resulta novedoso. No llega a tener un carácter peyorativo, pero un hipster que se precie de serlo, nunca se considerará como tal (como sucede con los pijos, por ejemplo).3
Pueden tirarse horas, –días incluso– discutiendo (en una alocada guerra para ver quién es más hipster de todos) sobre Death Cab for Cutie. Que si “Narrow Stairs”, que si “Codes and Keys”… un trajín.4
Ninguno ha nacido en Madrid. Vinieron de ignotas pedanías, algunos directamente al Colegio Mayor, donde se dieron cuenta de que estaban en otra onda que el resto: No les gustaban las novatadas, ni beber leche de pantera en las fiestas donde las tías no pagaban… Tras años dando tumbos (muchos) y soportando pescozones e incomprensión, llegaron a lo que son hoy: un hipster con un tumblr y/o con un sombrero.5
Su librería favorita es La Central.6
No conocen la ironía ni el cinismo. Cual animalicos inocentes tienen una mente inmaculada y breve.7
En su vida pasada han pertenecido a otras tribus urbanas y tienen un armario secreto con toda su ropa y memorabilia de su anterior vida. A veces lo utilizan para presumir, como los que dicen que vienen del hardcore, pero no es lo habitual.8
Aunque su acervo cultural es limitado, tratan de estar al día en el mundo editorial. Blackie Books es su referencia favorita.9
Un hipster es ante todo un ignorante. Desconoce quién fue Valle Inclán, pero también Yo la Tengo. Cuando regresan a su aldea en Navidad se sienten incomprendidos, mientras tratan de buscar el encanto en las latitudes que les vieron nacer. Son las personas más viajadas de su pueblo (alguno ha estado en Tokio, ¡fíjense!), pero en su chiquipatria no lo pueden explotar convenientemente. Viven convencidos de que en Madrid flipamos con sus experiencias.10
A un hipster le encantaría llevar en el PS (festival hipster por excelencia) una bolsa de tela que por un lado tuviera el logo de Rough Trade y por otro el de Amoeba. Y Genís se forraría, que también estaría muy bien.Y...
creo que también tengo algo de "hipster"
Ya..no se ni lo que soy..
XD
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